"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"
CERMIS Autonómicos
CERMI Comunidad de Madrid exige al Consorcio Transportes una regulación que determine el uso de la plataforma central de los autobuses para personas con discapacidad
La entidad está encontrando una total falta de respuesta y voluntad de solución de los problemas existentes por parte del CRTM
22/02/2016
El CERMI Comunidad de Madrid ha exigido al Consorcio Regional de Transportes de Madrid que regule, cuanto antes y sin más dilaciones, el uso de la plataforma central de los autobuses urbanos e interurbanos en la Región.
Tras el incidente ocurrido a José Manuel Montilla, 'El Langui', la pasada semana, al serle negado el acceso a un autobús interurbano de la compañía 'La Veloz' y bloquear por ello la salida al vehículo, ha saltado a los medios de comunicación un tema en el que CERMI Comunidad de Madrid viene trabajando en la comisión técnica de modos de transporte del Consejo para la Promoción de la Accesibilidad y Supresión de barreras de la Comunidad de Madrid, como representante del movimiento asociativo de las personas con discapacidad.
CERMI Comunidad de Madrid recibió una primera denuncia de una mujer con discapacidad a la que la misma empresa le impedía el acceso al autobús con su Scooter, llegando a colocar su foto en la marquesina del autobús para advertir a los conductores de su obligación de impedirlo, lo que ha provocado que no pueda acudir diariamente a su puesto de trabajo. Ambas personas son usuarias de sillas de ruedas con motor eléctrico tipo scooter, y su uso en el transporte público no está regulado actualmente en nuestra Comunidad.
El problema radica en que el nivel de accesibilidad que ofrece el servicio de autobús y su regulación en la Comunidad de Madrid varía según la empresa gestora del transporte público con la cual se trate y según la tipología de vehículos utilizada por cada compañía, desde los autobuses de piso bajo con rampa, hasta autobuses con rampa y plataforma central simple o ampliada.
La EMT de Madrid es, a día de hoy, el único transporte público que garantiza la accesibilidad universal de su flota, lo que permite a todas las personas (independientemente de sus circunstancias físicas, psíquicas o sensoriales) utilizar autónomamente los autobuses municipales madrileños. La EMT tiene actualizada su normativa y protocolos de actuación y permite el acceso de una silla de ruedas eléctrica, tipo Scooter al autobús, siempre que ésta sea imprescindible para la movilidad del viajero o viajera, que no exceda un peso de 300 kilogramos ni las dimensiones del espacio reservado para personas con discapacidad en la plataforma central del autobús. Sin embargo, el CRTM no ha suministrado ninguna pauta común de regulación, a todas las compañías de transporte que actúan en el territorio de la Comunidad de Madrid.
Por todo ello, desde CERMI Comunidad de Madrid se exige al Consorcio Regional de Transportes de la Comunidad de Madrid (CRTM) que regule adecuadamente con urgencia y sin más dilaciones e interposición de trabas, el uso de la plataforma central de los autobuses, para evitar los problemas, discrepancias y falta de uniformidad que se produce entre las distintas compañías de transporte y, a veces, incluso, entre los conductores de la misma compañía. Se trata de problemas que perjudican gravemente a las personas que utilizan sillas de ruedas convencionales, sillas tipo scooter y a las que viajan con cochecitos de bebé.
Los vehículos e infraestructuras del transporte público deben concebirse para ser utilizados por cualquier persona, garantizando la accesibilidad y estableciendo las disposiciones normativas que resulten de aplicación en materia de eliminación de barreras y promoción de la accesibilidad, de modo que quede asegurado su uso en condiciones de igualdad, autonomía y seguridad para todos los viajeros y viajeras, presenten o no una discapacidad, ya sea de tipo físico, psíquico o sensorial.
La accesibilidad permite a los ciudadanos y a las ciudadanas participar en las actividades sociales, económicas, educativas, de salud, etc. Un servicio de transporte público que cumpla los requisitos de accesibilidad universal, no sólo beneficia a las personas con discapacidad, sino al conjunto de la ciudadanía.